Wednesday, April 18, 2007

GUILLERMO GIACOSA, CRONICA DE PERU 21 PARA LOS QUE NO PUEDEN LEERLO, PALABRAS SOBRE LA MASACRE DE VIRGINIA.






Cuál es la diferencia entre 33 y 650,000
En pocos días, los estadounidenses han sufrido la caída de dos helicópteros en Irak, padecido la muerte de decenas de soldados, asistido al retiro de seis ministros del gobierno títere instalado en Bagdad y al resurgimiento del poder Talibán en Afganistán, amenazado a Irán y logrado sanciones contra ese país, soportado la vergüenza de ver a su compatriota Wolfowitz estafando al Banco Mundial, cuya presidencia ejerce, y a los principales asesores y ministros de sus máximas autoridades corriendo el riesgo de ser enjuiciados, escuchado a su vicepresidente Cheney anunciando un ataque atómico contra una ciudad estadounidense y visto por televisión las imágenes dramáticas de lo ocurrido en la Universidad Tecnológica de Virginia.


Antes ya los habían enloquecido contándoles sobre las armas de destrucción masiva de Saddam y sobre la alianza de este con Bin Laden. En el intermedio, su presidente anunció que en Irak la tarea había sido cumplida, sin imaginar que miles de soldados de su país morirían luego de las apresuradas palabras que pronunciara teatralmente a bordo de un portaaviones.


Desde que a Bush el regalo fúnebre del 11-S lo sorprendiera leyendo un libro infantil al revés, nada de lo que los medios de comunicación cuentan y de lo que los delirantes de la Casa Blanca sueñan es creíble. Más, ni siquiera se acerca a lo que realmente acontece.


La cantidad de mentiras aumenta en la medida en que aumenta la necesidad de satisfacer las expectativas de la población, mientras la vergüenza o el escándalo que debería estallar por estas torpes deformaciones duerme en el limbo consumista de la mayoría de los ciudadanos del imperio.


Según Bush, lo ocurrido en Virginia ha horrorizado a los EE.UU. Justamente lo dice él, que es quien alimenta continuamente los fantasmas de enemigos imaginarios, quien fomenta la paranoia como si esta contribuyera a la salud nacional, quien divide tajantemente el mundo entre buenos y malos, quien ataca sin piedad a aquellos que él y sus compinches han decidido estigmatizar como enemigos, quien apoya el libre comercio de armas en el interior de su país, quien cree que las críticas son insultos, quien se considera un "elegido", etc.


Si Dios elige a alguien para matanzas mayores, por qué no ha de elegir a alguien para matanzas menores. Entre lo 650,000 asesinados en Irak y los 33 en Virginia, la sola diferencia es el número, pero por qué no pensar que la misión encomendada es la misma.


¿Se sentía un "elegido" el asesino? ¿No verá esta banda de alucinados que detrás de la enfermedad que impulsa al criminal está el alimento que la sociedad le proporciona? ¿No comprenderán que su filosofía de "ganadores" y "perdedores" solo transforma en despojos humanos, capaces de cualquier desatino, a quienes no logran el éxito? ¿No percibirán que el agobio de vivir en competencia termina pulverizando lo mejor de nuestra herencia biológica?


Bush ha dicho: "Las escuelas deberían ser lugares de seguridad, refugio y aprendizaje. Cuando ese refugio es violado, el impacto se siente en cada aula y en cada comunidad estadounidense". ¿Valdrá este concepto para las escuelas iraquíes? ¿Sabrá el presidente las atrocidades que se han cometido en Irak, en esos lugares de "seguridad, refugio y aprendizaje" en nombre de la democracia que él patrocina? La nacionalidad es un accidente, pero ser gringo, en la era Bush, es un accidente peligroso para las especies vivas.

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